
Norma Garraza de Marcia
A lo largo de los años, hemos recibido el apoyo generoso y desinteresado de muchos colaboradores e instituciones que han puesto el corazón al servicio del Hogar Aleluya, desde sus conocimientos, capacidades y posibilidades.
Norma Garraza de Marcia
Maricé Silva
Ramona Miño
Stella Anselmi
María Belén Ugarte
Alicia Martínez
Celedonio María Saravi
Delia Azucena González
En enero del año 2000 la capilla Nuestra Sra. de Itatí nos brindó el espacio para que un grupo de vecinas, preocupadas y con deseos de participar solidariamente frente a la situación de emergencia social que vivía nuestro país, nos reuniéramos por primera vez. Las reuniones continuas a lo largo de cuatro meses fueron las generadoras de la idea de crear un Hogar de Día para los chicos del Barrio Los Cachorros. El primer paso fue la puesta en marcha de un comedor que ofrecía almuerzos a los chicos, sábados y domingos en dependencias de la capilla Nuestra Sra. de Itatí, ya que los días de semana los chicos almorzaban en la escuela.
Paralelamente se gestionó la personería jurídica y se constituyó la Asociación Civil Hogar Aleluya, sin fines de lucro, que fue aprobada el 16 de agosto de 2001 por el Ministerio de Justicia de la Provincia de Bs. As. Se solicitó un predio ante la Municipalidad de Pilar y por medio de una Ordenanza sancionada por el Honorable Consejo Deliberante de Pilar, fue otorgado con el cargo de concretar la construcción del Hogar en el plazo máximo de 5 años.
Lo primero que hicimos fue construir la cocina, los baños y el salón de usos múltiples. Nuestros objetivos se iban ampliando según las necesidades que detectábamos en las familias del barrio. Así en este salón de usos múltiples, además de darles de comer a los niños, comenzamos a ayudarlos con la tarea escolar. Luego, con el transcurso del tiempo, pudimos incorporar el área destinada a las aulas. Años mas tarde, incorporamos un programa de fortalecimiento a víctimas de violencia familiar y de género, en el que se trabaja en forma grupal con distintas técnicas, con un equipo interdisciplinario integrado por un psicólogo, un consultor psicológico y una abogada.
Contribuir en el proceso de formación de seres humanos íntegros, con sólidos principios morales, dando primordial importancia a la educación, para que todos podamos vivir en una sociedad libre de violencia,
Formar una comunidad con las necesidades básicas bien satisfechas y poder dedicarnos a proyectos de mayor alcance en la formación de los niños tanto en el aspecto socio cultural como en su desarrollo profesional.